sábado, 21 de marzo de 2015

La dulce mano de las Musas

"Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse."
(Truman Capote, Música para camaleones. 1980)

Hacía mucho tiempo que tenía ganas de comenzar a escribir un blog con la finalidad de poder plasmar las cosas que me inquietan; reflexionar sobre temas que a nivel artístico y vital me revolotean constantemente por la cabeza. Por fin, hoy, comienzo este intento de poder evidenciar lo que es para mí el arte, la muerte, la identidad de género, la dignidad y tantas otras cosas. Todo en torno a un único hilo conductor: las expresiones artísticas que me mueven por dentro y que me parecen creadoras de un discurso trascendente y estético; el arte en todas sus vertientes, que es lo único eterno, que dignifica y por lo que vale la pena seguir vivo. Las entrañas de la raza humana expuestas a través de la mano de un escritor, la cámara de un director de cine o el cuerpo de un bailarín. No hay nada más allá. Un grito de identidad, la conexión de lo mundano con lo espiritual. Llorar con una canción, identificarse con un personaje, reflexionar con  un cortometraje. Estamos conectados a través del arte. Un yin yang donde la unión nace de la separación. 
Por eso mismo de lo que quiero hablar es del ARTE, así, en mayúsculas; de nuestra capacidad para poder descubrirlo en nuestra vida cotidiana y de como somos creadores al mismo tiempo que receptores. 
Hace poco vi una especie de película, un remake de El Exorcista. Era casera, muy casera, con ¿actores? amateur y sin ningún tipo de producción: planos oscuros, sin encuadrar, con fallos de sonido y de racord. Estaba colgada en Youtube y tenía más de dos millones de visitas. La mayoría de los comentarios eran negativos, pero al verla y siendo consciente que esa cinta estaba hecha por alguien que no tenía ni idea técnica me pregunté cómo se sentían capaces de abordar un asunto tan importante como la creación audiovisual con la poca vergüenza del ignorante y la falta de miedo del inocente. Cuando estaba a punto de estallar me di cuenta de algo: eso también era arte y que lo importante era que se sentían satisfechos con lo que habían hecho. Abordar sin temor a fracasar. La necesidad de crear, sin saber cómo, incluso sin talento. La necesidad de expresión por encima del pudor. Eso es ser artista, sentir el deseo irrefrenable de crear  aún teniendo en contra todo y a todos; sin mirar el resultado sino el proceso. Seguir el instinto no teniendo idea de adonde te lleva, un salto al vacío sin red. 
Por eso quiero hacer un homenaje a todos los creadores. A los funambulistas que constantemente andan balanceándose en la cuerda de sus emociones, enfrentándose a los pozos negros de su ser y sacando, de toda esa negrura, algo que antes no existía, que se mueve y que adquiere vida propia. A esos Dioses que crean universos a costa del Big Bang que explota en el centro de sus tripas. A esas deidades que nos hacen la vida soportable, deseable y que se atreven a tirarnos a la cara lo que no queremos ver. A esos valientes, remeros del río que separa lo mundano de lo divino.
Sí, ahora lo pienso mejor: la principal finalidad de este blog es homenajear a los creadores. Sin distinguir a grandes y a pequeños porque la magnitud de lo intangible es inabarcable. Por haberme hecho como soy, por los que estáis por descubrir y por lo que nunca llegaréis a mí. A todos y cada uno de los que creen que este mundo puede ser mejor si presentamos lo que nosotros, como raza humana, llevamos en nuestros entresijos.
Hoy, sin ton ni son, quiero compartir cosas que son una pequeña representación de todo lo expuesto anteriormente. Evidentemente es imposible abarcarlo en su totalidad, pero esa es la finalidad de este blog, que poco a poco se vaya desgranando eso que nos hace sentir vivos. 
En las próximas entradas el material audio/visual girará en torno al concepto sobre el que esté reflexionando; pero hoy pondré lo que quiera porque, como humano, dispongo de libre albedrío, algo que los pobres artistas no conocen ya que el vivir entre lo efímero y lo perpetuo requiere pagar el alto precio de estar esclavizados a la dura y dulce mano de las Musas.
Me vais a permitir que empiece con una actuación que es la plenitud del arte. Es la responsable del título de este blog y la representación del desgarro artístico. El espíritu de la inspiración personificada a través de la carne. Una intérprete convertida en marioneta de lo que llaman duende, una posesión inexplicable que nos demuestra como la belleza viene de otro mundo convertida en voz y movimiento.

DOLORES VARGAS. "ANINONAY" [Actuación]:


DAVID LACHAPELLE/POLUNIN. "TAKE ME TO THE CHURCH" [Pieza audiovisual]:


ANTONY AND THE JOHNSONS. "I FELL IN LOVE WITH A DEAD BOY" [Actuación]:


FLORENCE + THE MACHINE/LACHAPELLE/BYRNE. "SPECTRUM" [Videoclip]:





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